Cuando los curas hablan de política

Juan Vte. Santacreu – 10/5/2018 – Estamos acostumbrados a ver con toda naturalidad cómo algunos curas y monjas se posicionan claramente a favor de la izquierda, de los separatistas y de todos los que tienen una obsesión convulsiva por cuartear y destrozar este país. Cierto, no son muchos, pero son los suficientes para que no pasen inadvertidos por el resto de españoles.
A estas minorías de cucarachas con alzacuellos y ratas de convento hay que añadir otro buen número de curas, obispos e incluso la Conferencia Episcopal que pasan de puntillas sobre el tema de la unidad de España y que, en el mejor de los casos –peor diría yo-, lanzan algún comunicado al más puro estilo gallego para hacer una declaración ambigua sin decir nada.
A estas dos minorías hay que añadir el resto de curas que con sus silencios se convierten en colaboradores necesarios de los comunistas, nacionalistas, separatistas, anarquistas y demás istas antiespañoles.

Si rememoramos el origen de la ETA podremos comprobar cómo los óvulos de la organización terrorista se fecundaron en las sacristías de las iglesias vascas, cómo los Jesuitas fueron los padrinos y anfitriones embrionarios de los "polis milis" etarras, cómo muchos curas catalanes han colaborado desde siempre con los separatistas realizando las misas y sus homilías en catalán discriminando a los españoparlantes, cómo muchos curas no se han cortado un pelo en hacer las misas en vasco y justificar a los asesinos etarras desde sus púlpitos, cómo los curas han hecho apología separatista colocando banderas separatistas en sus campanarios, cómo algunos obispos piden el acercamiento de los asesinos vascos, cómo la Iglesia ha permitido poner urnas separatistas en el Templo de Dios al más puro estilo de los mercaderes del Templo de Herodes, etc. Creo que no hace falta añadir más argumentos a esta triste lista.

Está claro que a los curas, a todos, les encanta hablar de temas que no tienen ni puta idea ni experiencia y por tanto poco o nada deben saber del sexo, el aborto, política, matrimonio, etc. en cambio de los temas que sí conocen bien como la pederastia, la homosexualidad en los internados o los millones que se embolsan del Estado español nunca hablan.
Desde la Santa Inquisición hasta nuestros días la Iglesia la ha cagado continuamente y poco o nada ha aprendido, y por si fuera poco hoy en día con el tema catalán y vasco ha perdido una ocasión maravillosa para quedarse callada o cuando menos a posicionarse al lado del Estado de derecho.

No hay nada nuevo bajo el sol y, un día no muy lejano, cuando todos los anarcozurdosos incendien las iglesias muchos españoles acudiremos prestos a sofocar los incendios con latas de gasolina.

Hago mía la frase que José María García le dedicó a la Conferencia Episcopal: "No me están quitando la fe, pero me están quitando la afición". Después de todo lo expuesto, nadie se debe extrañar que los españoles ya no marquemos la cruz en la declaración de Hacienda Por Tantos hijos de puta.

Cuando los curas hablan de política, los ciudadanos hablamos de la Iglesia.
Así lo pienso y así lo digo.